Por ABEL ROSALES GINARTE PARA AFROKUBA
13 de enero de 2023. La noche avanza sobre La Habana mientras en la sala Ignacio Cervantes del Palacio de los Matrimonios del Paseo del Prado de la capital cubana el pianista, arreglista y compositor Rolando Luna ofrece un concierto inolvidable. Las piezas forman parte de su más reciente producción discográfica titulada, Mi alma en canciones. Palpita la ciudad y las manos de Rolando recorren con destreza las blancas y las negras del piano para acariciar a la isla toda sin piedad. Parece un juego misterioso y sutil entre el pianista y la noche. 《Aquí están personas indispensables en mi vida》, confiesa Rolando y agradece a la Egrem, Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales de Cuba y a la productora, Élsida González toda la entrega.

Rolando Luna es uno de los genios agradecidos de la escuela cubana que surge del alma musical de la isla. Interpreta Guarina, nombre indígena que utilizó uno de los grandes de la trova cubana, Sindo Garay para nombrar a su hija. Raíz y verso fluyen en el aire de la ciudad. Acaricia el mar el prado habanero y los aplausos estallan como gaviotas que en su aleteo desafían la voluntad del mar. La Habana lleva el signo y la magia del mar, Rolando Luna también.
《Cuando en la tarde del rudo invierno》, entona con suavidad de trova y de amor el trio Palabras de la central provincia cubana de Villa Clara para dar un toque singular al disco del pianista Rolando Luna. Adriana, es un clásico del gran Manuel Corona, otro de los dioses de la vieja trova cubana. Habla el piano con música de ayer y revela el espíritu de hoy de una mujer inmortal que se llama Adriana, una de las musas de Corona. 《Adriana hermosa yo pienso en ti》.

Rolando se levanta con los aplausos del público y el duende de la música enamora la ciudad. Óliver Valdés (percusión) y Julio César (bajo) lo acompañan en, Bossa cubana, de Luis Chanivecky. Jazz al más puro estilo cubano, fiesta para los sentidos, duelo de jóvenes titanes de la música en la noche de La Habana. Un trio para no olvidar que también toca en este Siglo XXI, un regalo del gran compositor Adolfo Guzmán al mundo, Al fin amor. Pasean los amantes por el prado de La Habana mientras la música los abraza en un eco que desanda más allá del sentimiento y la fascinación. Cierra los ojos el salón Cervantes y el gran Guzmán aplaude que lo regresen a éste escenario de su amada Habana, donde tantos recuerdos y profecías siguen robándole tiempo al desamor y la tristeza. Se levanta el piano con la ciudad y caminan sin temor al frío de la noche, ni a las flechas de cupido.
13 de enero de 2023 para no olvidar. La Habana abraza a multitides que sienten el influjo de la música desde el salón Ignacio Cervantes del Palacio de los Matrimonios del prado habanero. El pianista Rolando Luna presenta un concierto con composiciones de su disco Mi alma en canciones. Maikel Dinza, vocalista levanta su voz : 《Aurora de rosa en amanecer, nota melosa que me dio el violin》, canta el clásico de Bienvenido Julián Gutiérrez, para algunos investigadores el más hermoso texto dedicado a la mujer en la música cubana.
El sitio Web Cuba Jazz destaca: 《A Rolando Luna le fascina el jazz, aunque ello no le ha impedido sustituir a otro jazzista, Roberto Fonseca, en el Buena Vista Social Club, aquella fabulosa union de grandes músicos cubanos que recorrió el planeta y que integrara en sus inicios el legendario pianistan y compositor Rubén González. A Luna se le puede encontrar en producciones discográficas con figuras de la trova, la música popular bailable y el bolero. Pero fue el jazz lo que le hizo descubrir el piano, buscando caminos, experimentado, tocando a oído. Eso explica porque al tocar música cubana mezcla cosas. Empezó con el grupo de Omara Portuondo, en el cual hizo sus primeros arreglos musicales》. Vibra La Habana esta noche de enero de 2023 con el disco Mi alma en canciones, del versátil pianista Rolando Luna. Herido de sombras, una pieza del compositor Pedro Vega llena el salón Cervantes del Palacio de los matrimonios del prado de La Habana. Suavidad y reflexión surgen en las heridas del tiempo desde las manos prodigiosas de Luna.

Como un hechizo que desafía el paso de los años, Amar, vivir, una pieza del notable compositor Rembert Egües, quien sentado entre el público, percibe la fuerza en el piano. Rolando Luna evoca el inicio de los años 80 del siglo pasado en aquel Festival de la Canción Adolfo Guzmán cuando Beatriz Márquez interpretó la obra. Sonríe feliz el maestro Egües mientras el piano cede a los impulsos de Rolando. Termina el piano, se levanta Rembert y Luna lo abraza. Aplausos fuertes. Dos generaciones de artistas, de estrellas que prestigian el cielo de la música cubana unidas por ese misterio que nos acompaña a todos los que hemos nacido en esta tierra: la cubania.
Y no crees en mi amor, composición de José Antonio Méndez, 《El King》, regresa la poderosa fascinación del feeling a la ciudad. Rolando, Óliver Valdés y Julio César advierten que ese sentimiento universal que conecta al espiritu de la música y los músicos no tiene fin. El rey en su reino, las emociones vuelan como mariposas sin tiempo en ese salto impensable que une al pasado y al presente. Pensamiento, de Rafael Gómez, 《Teofilito》, junto a las muchachas del trio Palabras nos recuerda que la trova anda en el alma de los cubanos.

Cierre final con el recuerdo de Ñico Rojas y su Canción estudio. 《Su familia está aquí. Confieso que cuando lo escuché y lo vi tocar me cambió la vida》, dice Rolando Luna y se vuelve al piano con una sonrisa que añdenota la fuerza de su raza musical y cubana. Uno se pregunta: ¿Cómo puede La Habana con tantas emociones en una sola noche? Rolando Luna hace historia, se incorpora con humildad al salón de los auténticos pianistas de la isla que con el alma en su tierra abrazan al mundo.